La intervención en el jardín de la Celda nº15 de la Cartuja de Padula busca reinterpretar la esencia del hortus conclusus desde una visión contemporánea de todos sus elementos, buscando redefinir la idea del jardín contemplativo.
Los parterres han sido reinterpretados mediante una serie de jardineras formadas por chapas de aluminio que emergen del agua. La disposición de estos elementos redibuja los antiguos parterres, reinterprendando la idea del jardín cuadripartito, pero dotando al espacio de mayor dinamismo mediante un juego de distintas alturas y longitudes.
El agua surge como punto de unión entre lo terrenal y lo divino. Por un lado como soporte o asiento de la propia Cartuja; y por otro lado como el reflejo del cielo, de lo celestial.