Asker cuenta con una gran superficie de área verde formada por bosques y tierras de cultivo que representa el 66% de la superficie del territorio. Por esta razón buscamos que nuestra intervención se adapte al lugar y no el lugar a ella, manteniendo un equilibrio entre la parte antropizada y la parte natural. Esto se logra mediante el uso de vegetación autóctona, la relación con la estacionalidad tan marcada del lugar y el diseño de construcciones y mobiliario dinámicos y flexibles (miradores, pantalanes, parasoles móviles) siempre vinculados con la naturaleza. Es por esto que nuestro concepto o estrategia general se resume en: “Respeta, descubre y vive la naturaleza”.
La zona de actuación se relaciona con el territorio por medio de la presencia de las redes de autobuses urbanos y de ciclopistas que la cruzan. La estructura general del proyecto está formada por una serie de “lenguas verdes” dotadas de nuevos usos y actividades, que abrazan a la zona urbana dando lugar a umbrales o zonas de interacción que permitan un diálogo permanente entre lo verde y lo urbano, sirviendo de nexo entre todas las áreas.