¿Qué pasaría si no controláramos la naturaleza? ¿Qué pasaría si no interrumpiésemos los procesos naturales? ¿Podemos vivir en la naturaleza?
Durante el confinamiento del COVID-19 pudimos disfrutar y sentir como la naturaleza colonizaba poco a poco nuestras urbes ante la ausencia de los servicios de mantenimiento de parques y jardines de nuestras ciudades… ¿A caso es malo?
En nuestro «paseo» cotidiano de tirar la basura doméstica pudimos apreciar decenas de especies vegetales que crecían a plenitud, llenando un talud habitualmente desbrozado… El silencio reinante en la ciudad asociado al estallido vegetal dio lugar a la presencia de un mayor número de fauna asociada (pájaros, insectos, moluscos, etc.) y aun sin fin de sonidos, olores, sabores, colores… en definitiva «volvimos a la naturaleza».